No voy a empezar diciéndote que te quiero ni nada de eso, creo que lo sabes ya de sobra. Decirte que lo que tuvimos no fue un error, ni una equivocación. Fue cosa del destino, si... . Creo que fue el destino el que te puso en mi camino, el mismo que sea para bien o para mal te ha quitado de en medio. Que fuiste una felicidad a corto plazo, como una estrella fugaz en las noches apagadas de un mes de Febrero. Que hay cosas que ni el tiempo borra, que no habrá alguna sonrisa que se parezca lo más mínimo a la tuya, ninguna. Gracias por hacer de cada día un sábado, por hacerlo fácil y sencillo, por hacerte a base de pequeños roces. No fue amor pero fue algo que jamás hubiese querido dejar, quizás esto se quede en una simple gilipollez de una niña inmadura, a lo mejor algún día vuelves a aparecer en mi vida, como aquel miércoles. Que te echo de menos, sí, te echo de menos. Me importaría muy poco dejarlo todo por volver a ser como antes, por volver a sentir tus manos o cualquier mierda de esas que me dabas. Sabías como hacerme feliz, como hacer que me olvidase un poco de la mierda que me rodeaba. Me despido diciéndote que gracias por hacerme crecer como persona, que siempre que necesites a alguien no dudes que estaré allí para apoyarte, que siempre lo he hecho y siempre lo haré.
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